Primer intento de galletas decoradas

Inauguramos el blog con nuestro primer intento de galletas decoradas, con muchas ganas y pocos "utensilios". Ni colorantes, ni experiencia, ni cortadores de galletas en condiciones... pero bueno, así salieron.

La receta es del blog de Bea, que tiene unos fantásticos tutoriales para hacer sus galletas de mantequilla y decorarlas. Menuda mano tiene! Nuestra versión, como vivimos en Barcelona y humedad, pues haberla hayla, fue igualita que la de Bea pero suprimiendo el chorrito de leche. La masa ligaba bastante bien, aunque creo que era muuuuy mejorable, porque la mantequilla a "temperatura ambiente" fue más bien medio deshecha, que el día que lo hicimos hacia un calor de narices (tiene gracia, que fue en abril, y ahora, medio mes más tarde, está lloviendo y hemos vuelto a la chaqueta).

Me apunto lo de poner la mantequilla un poco menos deshecha y ahí si que quizá toque chorrito de leche. Ya os iré contando.

Los desastrillos empiezan a la hora de alisar la masa con el rodillo. Yo tengo uno de los normalitos, y dándole, dándole, pues me quedó la masa un poco más gruesa por un lado que por el otro, cosa que sólo notas cuando sacas las galletas del horno y se ven un poco más tostadillas por un orillo que por el otro. Y no me lo explico, porque vamos, antes de meterlas al horno ya tendrías que darte cuenta, pero la inexperiencia y las ganas de verlas terminadas... haciendo de las suyaaas!

Una vez fuera del horno y dejadas enfriar, pues empezamos con el tema GLASA. Era la primera vez en mi vida que la hacía, y seguí la proporción de 1 clara de huevo por 200g de azúcar glass. El azúcar glass, haciendo caso de las expertas en el tema, lo compré, no lo hice en casa, y eso sí, lo tamicé antes de mezclarlo con la clara de huevo. 

Ahí viene otra! Empecé con la minipimer (accesorio de montar claras) y el primer montoncillo de azúcar glass con la clara pues bien... iba haciendo y mezclando. Claro, era bastante líquido todavía. Luego fui añadiendo el resto del azúcar glass... y llegó un momento que tuve que desenchufar la minipimer de la corriente porque estaba el batidor clavado literalmente en la glasa y empezaba a oler a cable chamuscao por toda la casa. Total, que casi me cargo el único cacharro eléctrico, a parte de la cafetera, que tengo en la cocina... No veáis lo dura que estaba la glasa. Bueno, dura no, pero tiesa como un palote y más que el punto "pasta de dientes" tenía el punto "cemento amasao". Por suerte, recurrí al blog de Bea una vez más y lo pude solucionar con su consejo de echar cucharadita de agua.

Eso sí.... sin minipimer, que la dejé descansar porque me miraba con cara de pánico. Así que me arremangué y cogí el batidor de mano, muy apañao y una ayuda infalible para dejarte los bíceps como los de Popeye el marino sin necesidad de ir al gimnasio. Y después de dejarme las energías batiendo y batiendo, por fin creo que conseguí el punto correcto de la glasa. Aunque a mis ojos inexpertos cualquier punto después de varios minutos batiendo ya tenía mi beneplácito... 

El resto fue más fácil. Con la manga pastelera, delineé los cuadrados. Los dejé secar un poco y los rellené con la misma glasa, un poco más líquida (con sólo un poco de agua y remover) ayudándome de un biberón de cocina que tenía por ahí, y los dejé secar. Bueno, en la foto se aprecian las imperfecciones, la glasa del relleno no estaba uniforme y aunque al secarse se quedó un poco mejor... en fin, ya lo iré haciendo mejor, es cuestión de practicar y cogerle el truco a la glasa.

Después de dejar secar bastante, como dos horitas, terminé de hacer el decorado de los sobrecitos con la manga, con la glasa en estado "pasta de dientes", como la del primer delineado. Y listooo! Mis primeras galletitas decoradas.

Me copié descaradamente el decorado de unas que encontré en el blog de Bea, que hizo creo que para San Valentín, con bastante más gracia que yo, todo hay que decirlo.

Lástima que no tenía instrumentos en la cocina. Eché de menos algún cortador de galletas que no fuera cuadrado (los únicos que tengo de momento), y sobretodo, algún colorante para darle vidilla a las decoraciones.  Próxima parada: el Alcampo, que creo que tenían colorantes Vahiné.

Ah! Prometo mejorar el tema fotos, a ver si pillo la cámara y practico. Que mal se ven!